domingo, 27 de junio de 2010

Conferencia de Shoji Shiba en Alcalá de Guadaíra


El pasado viernes el profesor Shoji Shiba, premio internacional Deming en calidad empresarial, impartió una conferencia titulada “Breakthrough principies for visionary leaders”, en Alcalá de Guadaíra, invitado por la Fundación Alcalá Innova. Tuve la oportunidad de participar en la misma, así que os traslado un breve resumen e impresión personal.

El profesor Shoji Shiba enseñó cuales son las cualidades necesarias que debe tener el líder de una organización empresarial (o política) para llevar a cabo cambios disruptivos o innovaciones disruptivas en dichas organizaciones. A medida que iba explicando cada una de estas cualidades o principios, iba poniendo ejemplos prácticos de personas que reunían esas cualidades y que habían trabajado con él a lo largo de su vida profesional.

El cambio disruptivo, en inglés Breakthough, significa hacer algo distinto a lo que se había hecho hasta ahora en una organización y que nadie más hace, algo que te permite avanzar en tu empresa. Todo parte de un proceso de transformación o cambio, sin duda necesario en la época en la vivimos, en la que es necesario hacer estos cambios disruptivos, evitando cualquier tipo de tentación “gatopardista”, por tanto evitando llegar a la máxima del príncipe de Lampedusa “que todo cambie para que todo siga igual” . Los cambios habrán de ser reales y totales si queremos mejorar y no volver a cometer los mismos errores.

El relato comienza en el año 1987 cuando el ministro de industria de Hungría contrata a Shoji para poner en marcha procesos de control de calidad en las empresas húngaras, mucho antes de la caída del muro de Berlín. Y acaba en el Japón de nuestros días, explicando el Know How de la empresa Harley Davidson en su país de origen. En medio transcurren otras experiencias profesionales en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), en la India colaborando con el primer ministro y en Europa en empresas como Industrias FAVI. Toda la narración de sus experiencias personales sirve para explicar los ocho principios que a continuación enumeraré:

- Primer principio: Tener capacidad de prever el futuro.
- Segundo principio: Tener nobleza y compromiso social.
- Tercer principio: Evitar la arrogancia y la falta de aprendizaje.
- Cuarto principio: Crear un vinculo de comunicación con los demás, a través de símbolos que refuercen el mensaje.
- Quinto principio: Potenciar un cambio real, cambiando las normas y las relaciones de poder existentes.
- Sexto principio: Obtener información del exterior de la organización, para trasladarla dentro de la organización.
- Séptimo principio: Dirigir la organización al futuro, ya que el éxito del pasado no garantiza el éxito del futuro.
- Octavo principio: Conseguir una organización única, que se identifique a sí misma, distinta de las demás.

lunes, 7 de junio de 2010

Sobre la huelga en el sector público II

Sin duda mi apunte anterior ha generado polémica, y como muestra los comentarios que habéis hecho al mismo, por lo que quiero aclarar determinadas cuestiones del mismo, que mantengo sin rectificar. Situarse en medio en un conflicto siempre es complicado y puedes resultar herido por uno y otro bando, pero siempre resulta esencial que alguien se atreva a tender puentes.

En primer lugar el apunte trata sobre otras cuestiones que van más allá del ejercicio del derecho de huelga por parte de los empleados públicos. Lo que más me preocupa, y que creo deberíamos intentar solucionar entre todos, es la fractura social entre los funcionarios y el resto de trabajadores. Tal y como señalo en el artículo anterior todo ataque a los funcionarios públicos supone un ataque a los servicios públicos, y creo que hay muchos poderes económicos y fácticos interesados en deteriorar la imagen de los funcionarios para así deteriorar la imagen de los servicios públicos, y con ello hacer negocios privados en servicios que hasta ahora proveía el Estado. Por tanto, desde este blog quiero manifestar mi oposición a todo descrédito del trabajo realizado por los funcionarios.

Entiendo que pueda haber personas que discrepen de la medida tomada por el Gobierno y que propongan medidas alternativas de ahorro del gasto público. En anteriores apuntes, y desde las redes sociales, también he comentado que debería de insistirse en la lucha contra el fraude fiscal y a la Seguridad Social, ya que posibilitaría un empleo de calidad, una competencia leal entre las empresas y un equilibrio de las cuentas públicas.

En cuanto al ejercicio del derecho de huelga en ningún renglón del artículo se menciona una propuesta para abolir dicho derecho para los empleados públicos. Se pretende llamar la atención sobre el origen del instrumento de la huelga, que nace con el movimiento obrero durante el siglo XIX, y como reacción al sistema industrial imperante, que no se consolida como derecho hasta mediados del siglo XX con las constituciones de postguerra europeas. Dicha realidad es bien distinta a la actual, cuyo principal elemento de diferencia es que los sindicatos, herederos de aquel movimiento obrero, no tienen ninguna fuerza en las empresas que sostienen la actividad de este país, las pymes, y sólo alcanzan la representatividad en el sector público y en las grandes empresas. Por tanto, propongo que habrá que utilizar otros medios para protestar contra las medidas adoptadas por el Gobierno, reinventar la forma de hacer sindicalismo y de representar al conjunto de los trabajadores españoles, a los trabajadores públicos, a los de las grandes empresas, a los de las pequeñas empresas, autónomos y también a los que están en el desempleo.

Aun así, y en el último párrafo del apunte anterior se dice, los funcionarios no han causado la crisis y van a verse perjudicados por la misma, el resto de trabajadores no han causado la crisis y se están viendo perjudicados por la misma. Mientras que aquellos que la fomentaron y generaron están esperando tranquilamente a que la fruta caiga del árbol, como fruta podrida, para hacer negocio. Por último me pregunto ¿Contribuye la huelga a que nuestro Estado del Bienestar se mantenga sano, o contribuye a que se pudra?

martes, 1 de junio de 2010

Sobre la huelga en el sector público

Hace tiempo que vengo comentando en determinados círculos el deterioro de la imagen pública del funcionario. En principio toda persona que trabaja para la comunidad, que dedica su actividad profesional al servicio del conjunto de los ciudadanos debería ser apreciado y respetado por sus vecinos, sin embargo esto hace tiempo que dejó de ser así. Para muchos su situación laboral, con unas garantías propias de permanencia en el puesto de trabajo, son vistas como un privilegio, si a esto sumamos el tópico instalado en la sociedad sobre su falta de rendimiento, son caldo de cultivo suficiente para el deterioro de la imagen pública de los funcionarios en particular, y de los empleados del sector público en general.

Defiendo que este descrédito de los profesionales del sector público debe ser corregido, por el propio colectivo, por sus representantes, los sindicatos, y por los dirigentes políticos, ya que estos profesionales son los que sostienen con su trabajo los servicios públicos y un ataque a estos, significa en cierta medida un ataque a nuestro sistema de servicios públicos a la ciudadanía. ¿Cómo se puede cambiar esta situación, para que se produzcan una valoración positiva del conjunto de la sociedad?. Basta con que cada una de las partes asuma su parte de responsabilidad, cada uno de los trabajadores públicos cumpliendo con sus cometidos y tareas, y los sindicatos y directivos políticos dignificando su papel y siendo justos, retribuyendo más al que más trabaja, y penalizando al que no cumple sus funciones.

El 8 de junio hay convocada una huelga en el sector público como protesta frente a los recortes salariales introducidos por el Gobierno mediante Real Decreto Ley, como medida para hacer frente a la crisis. Aquellos que vayan a participar en la huelga tienen que ser conscientes que la huelga por definición es un instrumento de presión para paralizar una producción e impedir al capital o los dueños de la empresa sacar rendimientos económicos por sus productos o servicios. Este concepto casa mal con una huelga en el sector público, porque la huelga no se hace contra los patronos o contra el capital, se realiza frente al resto de los ciudadanos y como medida de presión contra la Hacienda Pública de todos los españoles. Por tanto, habría que medir muy bien cuando se convoca una huelga de empleados públicos, ya que afectaría al ciudadano que va a revisar su demanda de empleo, a los que tienen pendiente un juicio, a aquellos que van a ser atendidos en un centro de salud o a los alumnos de un instituto. No sería conveniente que los funcionarios y empleados públicos cogiéramos como rehenes de legítimas reivindicaciones al resto de ciudadanos, ya que esto agrandaría mucho más la brecha social existente entre unos y otros.

Las medidas de recorte tomadas por el Gobierno pueden perjudicar a aquellos que no han provocado la crisis económica, debemos recordar que en este país mucha gente ha ganado cantidades ingentes de dinero sin trabajar, y no precisamente los funcionarios, sino aquellos que se dedicaban a comprar y vender terrenos, solares o viviendas, sin aportar ningún valor añadido. Ahora debemos hacer un esfuerzo colectivo, conscientes de que el cambio de modelo productivo es una medida que se conseguirá a medio o largo plazo y que existen medidas urgentes que deben ser tomadas a corto plazo para garantizar nuestra estabilidad financiera. Por tanto, debemos exigir responsabilidad a todas las partes implicadas, siendo conscientes que nos estamos jugando el futuro como sociedad y como país.