martes, 27 de diciembre de 2011

SOBRE EL PROCESO EN EL QUE ESTÁ INMERSO EL PSOE


Cuando estamos a punto de terminar el año, quiero publicar mi último apunte en 2011 sobre lo que más me preocupa en del ámbito público, el estado de salud del PSOE, partido en el que milito desde hace ya casi diez años.

Y aunque como ciudadano lo que en el fondo más me preocupa es el paro y la situación económica, estoy convencido de que el mejor instrumento para evitar que esta crisis derive hacia una sociedad menos justa, menos segura, menos libre, es el propio Partido Socialista Obrero Español. Y considero que la buena salud del PSOE resulta vital para garantizar la cohesión social, la igualdad de oportunidades y la convivencia.

Basta con ir a los resultados electorales de las elecciones de mayo y de noviembre para comprobar que el estado de salud del PSOE no es bueno y que este se encuentra muy debilitado, al haber dejado de representar a la mayoría social de este país.

Tal y como tuve oportunidad de comentar en la última Asamblea celebrada en la agrupación de Alcalá de Guadaíra el conjunto de la militancia puede compartir un análisis y un diagnóstico común, sin embargo lo que necesitamos es acertar con el tratamiento.

Un tratamiento equivocado podría acentuar la dolencia, o cuando menos, no servir para recuperar la vitalidad. Por ello, lo que resulta más importante es que estemos de acuerdo en las medidas que deben adoptarse, aunque para ello necesitamos invertir más tiempo en debatirlas, consensuarlas y programarlas.

En definitiva, considero que nos precipitamos al convocar un Congreso Federal el 3 de Febrero. Primero por no tener tiempo suficiente para definir un tratamiento y elegir al equipo que debe supervisar su aplicación. Y en segundo lugar por producirse antes de una cita electoral capital para los socialistas como son las elecciones autonómicas en Andalucía, ya que todo proceso orgánico distorsiona el trabajo que el partido debe de realizar hacia la sociedad.

No obstante, y de mantener la fecha del congreso a inicios de Febrero, los militantes socialistas debemos hacer un ejercicio de responsabilidad y madurez para afrontar a la vez ambos procesos, la campaña electoral y el debate en el seno del partido. Y que ni las próximas elecciones pueden coartar la reflexión interna, ni el proceso congresual alejar más a la dirección socialista de las necesidades de la propia sociedad. Por tanto, habrá que duplicar el trabajo o los esfuerzos, si no se altera el calendario previsto.

Creo que el PSOE padece un grave ensimismamiento que debe corregirse abriendo el partido a más voces y a nuevas voces. Así para recuperar la mayoría social es preciso en primer lugar que en el partido se integren las personas y colectivos más dinámicos de nuestra sociedad, fundamentalmente los jóvenes.

Sin embargo, las formas de relación social han cambiado mucho desde el inicio de la democracia y desde el año 1982, en el que el PSOE obtuvo su mejor resultado electoral. El principal cambio es que la mayoría silenciosa de ciudadanos ha dejado de articularse mediante organizaciones intermedias, como sindicatos o asociaciones vecinales, para buscar nuevos sistemas de relación social a través de las nuevas tecnologías de la comunicación.

Por ello, en la sociedad actual existe un nuevo paradigma de la participación social y de la participación política, que se basa en una participación directa, en una participación sin intermediarios, en una participación sin cortapisas o censores que inhiban al ciudadano de expresar su posicionamiento o su compromiso.

Como primer paso el PSOE debe asumir esa realidad y adaptar sus estructuras internas de funcionamiento a este nuevo paradigma de participación social. De ahí que uno de los mejores avances que se podrían conseguir para que más gente se interesara por el proyecto socialista sería el de abrir la elección de los liderazgos y los equipos a la totalidad de militantes y simpatizantes de forma directa, sin mecanismos interpuestos, ni delegaciones sucesivas de voto.

Por consiguiente, para ampliar la base social del PSOE se requiere articular mecanismos más sencillos y transparentes de participación de militantes y simpatizantes. Se requiere reforzar los mecanismos de control sobre las personas que representan el proyecto socialista en las instituciones, para que estas respondan de su actuación ante el conjunto de militantes y simpatizantes. Se requiere facilitar que cualquier persona por el mero hecho de identificarse y comprometerse con los valores socialistas pueda participar activamente de la vida del partido y tenga posibilidades reales de concurrir en cualquier proceso interno de elección y toma de decisiones.

En definitiva, seamos prácticos, afrontemos los cambios que nos demanda la sociedad, invitemos a más gente a participar con nosotros en un proyecto cuyos valores siguen inalterados a pesar de las vicisitudes de los tiempos. Y luego, una vez comencemos a andar este camino surgirán nuevos liderazgos que podrán conducir el partido hacia el objetivo de recuperar la mayoría social.

martes, 13 de diciembre de 2011

Las recetas económicas de la derecha europea

Las recetas la derecha europea se han impuesto en el ultimo Consejo Europeo. Esto no mejorará la economía, al contrario pueden provocar más crisis y más paro.
 
Estas tesis, que ha defendido durante la campaña electoral el PP consiste en recortar el gasto público, y esto supone recortar en sanidad, educación y prestaciones sociales, como las pensiones o la dependencia. Y además en bajar los impuestos a las rentas del capital.
 
Esto provoca pérdida de empleos entre profesores, médicos, enfermeros, etc.  Además empobrece la economía al suprimir servicios que generan empleos como la atención a la dependencia o los programas de aperturas de centros escolares.
 
Sencillamente lo que propone el PP es provocar una anemia a la economía, para a continuación declarar inviables los servicios públicos y proceder a su progresiva privatización, con entrada de capital privado y de multinacionales en el negocio de la sanidad, la educación y las pensiones.
 
Los defensores de esta alternativa saben que ya no hay negocio en la venta de empresas públicas, ni en el mercado del suelo, que el único negocio para ellos en España está en la privatización de los servicios públicos.
 
Frente a ello hay una alternativa socialdemócrata que consiste en medidas de estímulo a la economía desde lo público, lo que ha llamado un Plan Marshall Europeo, y en subir los impuestos a los que más tienen, bancos y grandes fortunas, para equilibrar las cuentas y que no se vean afectados la calidad de los servicios públicos.
 
Además propone que el Banco Central Europeo se implique en evitar la especulación con la deuda soberana de los países de zona euro, comprando títulos de deuda y bajando lo tipos de interés.
 
Estos planes de estímulo harían que los países con mejores resultados económicos de Europa tiren del resto de países con problemas.
 
Se trata, por tanto, de estimular la economía desde la inversión pública, ya que se ha demostrado que las medidas de recortes y de ajuste del gasto público no han servicio para crear empleo y hacer crecer la economía.
 
Mientras tanto las empresas no pueden tomar el relevo para crear empleo, y no se solvente el problema de financiación, el sector público tiene que seguir impulsando la economía.
 
Con recortes no se sale del círculo vicioso en el que está instalada la economía de Europa, y hace falta un equilibrio entre el estímulo de la economía y políticas de eficiencia en el gasto público.
 
Lo que pasa que cuando la derecha habla de austeridad no está pensando en eficiencia de lo público, sino que sólo está pensando en debilitar y deslegitimar el Estado del Bienestar, para abrir las puertas a multinacionales en sectores hasta ahora en manos públicas.
 
En Europa estamos comprobando que los recortes del gasto público no mejoran la economía.  Y ahí están los datos de los países que han tenido que acometer duros ajustes, Irlanda, Portugal, Grecia, cuya economía cae de forma más drástica que antes de ser intervenidos.  Además los recortes del gasto público no crean empleo, ahí están también los datos de las Comunidades Autónomas del PP que han realizado políticas de ajuste del gasto público, y donde siguen aumentando las cifras del paro.
 
Por tanto, la receta que se esta aplicando en europa no es buena para la economía, ya se está comprobando. La política de ajustes del gasto público, no es una medida adecuada para favorecer el crecimiento económico, es más bien una escusa de un sector ideológico tras el que se esconde la intención de abrir al negocio privado los servicios públicos, como la sanidad, la educación y las pensiones.

domingo, 28 de agosto de 2011

Reforma exprés


Esta semana hemos comprobado que los dos grandes partidos políticos de España son capaces de llegar a un acuerdo para reformar la Constitución, algo que no había ocurrido hasta ahora en los 33 años de vida de nuestra Carta Magna, si excluimos la reforma del 92 con un alcance muy limitado y que no generó ningún tipo de rechazo. En principio esta noticia debe ser tomada como una noticia positiva, ya que nuestra democracia estaba falta de grandes consensos y acuerdos para las reformas estructurales.

Además debe ser considerada una buena noticia porque deja patente que la Constitución de 1978 puede ser reformada y esto, sin duda, es muy importante, ya que en nuestra historia constitucional aquellas constituciones que no podían ser reformadas por falta de consensos, quedaban derogadas a golpe de espadón militar.

Sin embargo, esta aparente buena noticia no lo es tanto si atendemos a cómo se ha gestado la reforma. Se ha gestado tras el anuncio por el presidente en el pleno del Congreso y en menos de una semana los grupos ya tenían un texto cerrado para un nuevo artículo 135.

Como ciudadano y como jurista creo que la reforma debía haber seguido otro procedimiento, mucho más participativo. Si en nuestro ordenamiento jurídico se tarda una media de seis meses en modificar un decreto sobre pesca recreativa y damos trámite de audiencia a un sin fin de colectivos, no podemos modificar la Constitución sin debate, sin el pronunciamiento de los órganos superiores del Estado, y lo más importante sin el pronunciamiento de la ciudadanía.

La Constitución es el reflejo de la voluntad suprema de los ciudadanos de una nación y su modificación debe emanar necesariamente del cuerpo electoral y esto significa que, o bien los ciudadanos han dado su apoyo a la reforma porque han votado mayoritariamente a un partido que la llevaba en su programa electoral, o bien se han pronunciado sobre la misma en referendum.

Como es obvio que los partidos políticos no llevaron en su programa electoral esta reforma en el año 2008, debían haberla incluido en su programa para las próximas elecciones generales para la que faltan menos de 90 días y haber pospuesto hasta ese momento la reforma constitucional. Así durante la campaña podían haber explicado a los ciudadanos sus razones para aprobar esta modificación. De no ser posible la espera, como muchos nos tememos, por la presión de los mercados, debe convocarse un referendum para que se apruebe por los españoles y para que se debata en profundidad qué se pretende conseguir con la misma.

Si se hace una reforma constitucional con esta velocidad, sin apenas tiempo para el debate ciudadano y de las organizaciones sociales, y sin que se convoque un referendum estamos ante la constatación más que evidente de que se ha producido una cesión de soberanía de los ciudadanos españoles hacia los llamados mercados financieros o hacia los mandatarios de potencias extranjeras.

Distinto sería que la decisión hubiera emanado del Parlamento Europeo y que los eurodiputados votados por los españoles se hubieran pronunciado y manifestado sobre la medida, entonces estaríamos ante una cesión de soberanía hacia instancias supranacionales como la Unión Europea que sería admisible desde el punto de vista democrático. Lo que no es admisible es que la reforma haya sido dictada desde la Cancillería Alemana o desde el palacio del Eliseo.

Y es que sin querer entrar en este apunte en el fondo de la cuestión sobre el déficit de las cuentas públicas, rechazo de manera frontal las formas en las que se ha gestado esta reforma, sin debate y sin participación ciudadana.

Los procedimientos son lo más importante en una democracia ya que garantizan que el resultado ha sido obtenido conforme al ordenamiento jurídico vigente, que es tanto como decir que las normas emanadas respetan los valores constitucionales, de igualdad, libertad, seguridad jurídica y de pluralismo y participación política.

Por tanto, lo que en apariencia es una buena noticia, se convierte en una mala noticia por haber constatado lo que todos sospechábamos que los ciudadanos tienen escasos márgenes de participación en la vida política.

martes, 2 de agosto de 2011

Una nueva era se inicia con Giorgos Papandreu convertido en un Administrador Concursal


Estos dos primeros días de agosto de 2011 ha vuelto a subir la prima de riesgo de España por encima de los 400 euros. Los mercados no descansan ni en vacaciones.

En lo que va de año ya hemos visto a muchos gobiernos nacionales transformados en meros administradores de un concurso de acreedores en los que se han convertido sus países. En el caso de Grecia se ha necesitado un segundo rescate para evitar el hundimiento y la bancarrota de sus finanzas públicas.

La consecuencia de esta situación es que se ha acabo por desvirtuar de forma definitiva el concepto de soberanía nacional, ya que los Estados Nación, de buena parte de Europa e incluso los Estados Unidos, se encuentran tan endeudados y sus economías tan empobrecidas que los que manejan la situación no confían en que puedan devolver sus créditos.

Por tanto, la política económica, que es la base del bienestar social, no se dirige desde los parlamentos, sino que se dirige desde las lejanas oficinas de corporaciones, multinacionales, o de países emergentes acreedores.

Y en este momento histórico no basta con un empoderamiento de las clases populares en Europa o en Estados Unidos, es necesario un empoderamiento ciudadano global para contrarrestar el poder de los mercados.

En el siglo pasado existían poderes y contrapoderes, durante buena parte del mismo existieron dos modelos que se contrarestaban y que impedían la acumulación de poder.

Hoy han desaparecido los mecanismos que contrapesen el poder absoluto de los mercados y la consecuencia es la amenaza permanente y diaria sobre el pacto que fundamenta la convivencia fundamentalmente en Europa, en la que resulta lícito ganar dinero, incluso mucho dinero, siempre que se contribuya a sostener los mecanismos de protección social.

Por ahora no hemos visto capacidad o interés de los líderes políticos de querer llegar a un nuevo pacto entre ciudadanos y mercados. Incluso han caído en la trampa que el sistema les tendió en el otoño de 2008. Para reactivar la economía hundida tras la caída de Lehamn Brothers pensaron que la mejor opción era poner dinero público para rescatar a la banca y aumentar el gasto público.

Una vez que volvió a arrancar el motor gripado del sistema financiero internacional, este se comportó sin piedad y empezó a atacar a los sectores donde no generaban suficiente beneficio económico, las áreas de prestación de servicios propios del Estado del Bienestar, para ganar un mercado que hasta ahora les había estado vetado. Por lo que están obligando a todos los Estados a recortar sus gastos, fundamentalmente en pensiones, sanidad y educación.

A partir de este momento los ciudadanos impotentes se empiezan a echar a la calle en Inglaterra, Grecia o España, mientras que otros resignados piensan que no les va a afectar la amenaza de los mercados.

Sin embargo la acción pública se dirige contra unos gobernantes que asumen la responsabilidad de dar una respuestas, pero que no cuentan con el poder efectivo para darlas, ya que este poder efectivo se ha cedido, y ya veremos si definitivamente entregado, a los acreedores de la deuda pública.

Desde luego que las reformas son necesarias y convenientes, pero la reforma más inmediata que necesitamos es aquella que devuelva el poder efectivo a los representantes legítimos de la ciudadanía, ya que de lo contrario entraremos en una época oscura de la historia de la humanidad.

miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Cómo se llega de la Puerta del Sol a la Plaza Tahrir?


El pasado domingo 15 de marzo asistimos en toda España a manifestaciones multitudinarias que reclamaban una oportunidad para los jóvenes de este país. Al día siguiente los medios de comunicación ya empezaban a poner nombres a este movimiento, surgido en Internet y las redes sociales, movimiento de los indignados, del 15M o de democracia real.

Sin duda, hay motivos más que de sobra para expresar esta indignación, nadie puede estar satisfecho con el momento que atravesamos. Y es responsabilidad de los dirigentes escuchar a los ciudadanos y dar respuesta a una preocupación creciente.

Sin embargo, hay que reflexionar sobre la siguiente cuestión ¿Por qué los manifestantes lanzan un ataque directo contra toda la clase política?, es más ¿Por qué se rechaza la política?.

Yo creo que no están rechazando la política, ya que ellos mismos, algunos sin saberlo, están haciendo política, basta con leer el manifiesto de democracia real para comprobar su enorme calado político. Lo que se rechaza es la forma actual de hacer política y la propia estructura de poder de nuestro país, se rechaza lo que ellos llaman “dictadura partitocrática”.

Estoy convencido de que todas las personas que acudieron a la manifestación del domingo, y permanecen en la Puerta del Sol o en las setas de la Plaza de la Encarnación, son gente con conciencia social, que quieren cambiar el mundo que les rodea, gente que se tiene que ganar la vida día a día con su trabajo y a la que nadie nunca le ha regalado nada, son, en definitiva, gentes de izquierdas.

Todas esas personas están reclamando una participación efectiva en la vida pública, para poder así aportar soluciones a los problemas que nos acucian.

Probablemente tengamos que reconocer que estas personas no han tenido cauce de participación adecuado en las actuales estructuras de los partidos políticos. Bien porque no lo han intentado, bien porque habiéndolo intentando se ha frustrado, o bien porque no se les ha abierto las puertas con convicción.

Estoy convencido que los partidos de izquierda tienen que abrir las puertas con convicción a todo este movimiento, aún sabiendo que resulta enormemente complejo, sobre todo atendiendo a que las estructuras profesionalizadas de los partidos tienden a conservar el status quo.

Hay que acercar y tender puentes desde los partidos de izquierda hacia toda esa gente que está en la calle manifestándose, hay que acercar a toda esa gente a la participación política. Porque si no se hacen los cambios desde dentro, se corre el riesgo de que el sistema se desborde y se conduzca la indignación hacia el populismo.

La gran barrera que impide una participación real es la profesionalización de la política.

Por ello los cambios deben venir por el camino de facilitar la participación efectiva de cada vez más ciudadanos en la vida interna de los partidos de izquierda. Necesitamos que cada vez haya más personas dedicadas a la política, sin que por ello tengan que renunciar a su propio trabajo o profesión.

Para ello es imprescindible cambiar las formas de organización y de toma de decisiones de los partidos, con un catálogo de medidas que están en la cabeza de todos y que permitirían ensanchar la base social y la representatividad de los propios partidos.

Porque los cambios que demanda la sociedad deben ser articulados a través de los partidos políticos.

Ya que un movimiento, por sí sólo, si no cuenta con el apoyo de estructuras representativas no puede articular o canalizar los cambios. De ahí que los movimientos se expresen a través de manifiestos, y los partidos políticos se expresen a través de programas legislativos o de gobierno.

Por tanto, transitar desde la Puerta del Sol a la Plaza Tahrir hace falta un contrato social, un pacto de ciudadanía, que también podemos llamar programa. Sólo es posible andar este camino si este movimiento se articula políticamente, y si alguien recoge el guante que se está lanzando por parte, principalmente, de los jóvenes de este país.

lunes, 9 de mayo de 2011

La importancia de unas elecciones

Todas las elecciones son trascendentales, y como ciudadanos no podemos desentendernos de quienes deben ser nuestros representantes.

Sin duda muchos pensarán, más aún en el momento actual, que para que les sirve un Ayuntamiento, una Comunidad Autónoma o un Presidente del Gobierno. Que ninguna de estas instituciones ha hecho nada para mitigar su drama personal o encontrar una solución a su situación de desempleo o de trabajo sin derechos en la que están.

Puede que esté calando ese pesimismo en los ciudadanos y que la mal llamada clase política no esté contribuyendo a rebajar esas cotas de pesimismo, pero renunciar al voto, es tanto como renunciar a nuestra condición de ciudadanos.

Y es que el voto es lo que nos hace ciudadanos. El voto es la esencia de la soberanía popular. El voto es un acto que nos iguala a todos. El voto tiene el mismo valor, venga de donde venga, lo deposite un electricista que acaban de despedir de una empresa, o el dueño mismo de esa empresa.

El voto es el único instrumento que nos permite cambiar la realidad de las cosas. Por eso el derecho a elegir y se elegido es la base de nuestra democracia. Y sólo conseguiremos una democracia mejor cuanta más gente ejerza su derecho al voto, en todo los ámbitos: en unas elecciones generales, municipales o autonómicas, pero también en unas elecciones a representantes de alumnos en la universidad, o de comité de empresa, o de asociación de vecinos, o dentro de los propios partidos políticos, que articulan propuestas homogéneas a la ciudadanía.

Sólo con la participación activa, comprometida y ciudadana seremos capaces de revertir el grado de escepticismo, apatía y desinterés que tenemos instalados en nuestra sociedad.

Por eso hay que ir a votar, ir a votar lo que queramos, a votar lo que nos salga de dentro, de la cabeza, del corazón, del estómago o de las entrañas, pero votar.

Hay que depositar un voto exigente con quienes nos representan, un voto crítico. Y nuestros gobernantes deben asumir que el voto no es un cheque en blanco, sino una muestra de confianza.

Por eso, no hay mayor traición a la democracia que cuando un representante defrauda la confianza de los representados buscando un interés particular e individual, un beneficio propio y no el bien común de todos los ciudadanos.

Ha llegado el momento de expandir nuestra democracia, en todos los ámbitos. Ha llegado el momento de dejar el protagonismo a los ciudadanos, que cuentan con nuevos instrumentos de información y relación.

Sin duda seremos más pobres y existirán más desigualdades si cada vez votan menos personas, si cada vez participan menos personas en los procesos democráticos, o si estos procesos acaban convirtiéndose en meros legitimadores de decisiones de un pequeño Sanedrin.

Ya no hay excusa en la calidad de los representantes, puesto que todos nosotros somos responsables de nuestros actos, y no hay peor forma de perpetuación de la mediocridad y el oportunismo que el desinterés de los ciudadanos por la política.

Sólo hay una forma de evitar que nuestras instituciones se llenen de políticos mediocres y oportunistas y es participando activamente en política. Bien sea con un voto crítico, responsable y atento, o bien sea dando un paso más y comprometiéndose con un proyecto.

Ha llegado la oportunidad de participar, ha llegado el momento del voto, ha llegado el momento del compromiso.

sábado, 2 de abril de 2011

PRIMARIAS

Zapatero acaba de anunciar que no se presentará a la reelección como candidato a la Presidencia del Gobierno y que será el Comité Federal el que establezca el calendario para la celebración de primarias de las que salga el candidato del PSOE a las elecciones generales del 2010. Afirma Zapatero que el dedazo simplificaría las cosas pero que esa no sería la forma de actuar de los socialistas.

Personalmente me alegro de que se haya tomado esta decisión, porque el partido va encaminado a procesos más democráticos en la toma de decisiones y a la limitación de los mandatos de quienes ocupan altas responsabilidades en tareas de Gobierno.

Os dejo un enlace con la reflexión que un grupo de compañeros hacemos a través del blog Orgullo Socialista, donde se explican los motivos por los que creemos que son necesarias adoptar estas medidas:

http://orgullosocialista.blogspot.com/2011/03/por-que.html

jueves, 3 de febrero de 2011

León el Africano


Acabo de terminar la novela de Amin Maalouf titulada León el Africano y coincide con las revueltas populares de Túnez y singularmente de Egipto. Ambos países constituyen parte de los escenarios de esta novela, que narra la vida de un mercader, viajero, diplomático, intelectual árabe, nacido en Granada antes de la toma por los reyes católicos, criado en Fez y que termina al servicio del Papa de Roma y convertido al catolicismo.

Sin duda el personaje es un ejemplo de hombre con capacidad de adaptación al medio y al entorno donde desarrolla su vida, alejado de integrismos, y en su forma, conciliador. Puede representar la unión de ambas riberas del mediterráneo, en un momento de la historia como este, en el que nunca han estado tan alejadas.

Su vida transcurre en una etapa de convulsiones históricas, en el que dos imperios, el español y el turco buscaban consolidar su hegemonía en el mediterráneo, todo ello en medio de una transformación religiosa, fruto de las tesis de Lutero. Sin embargo, esta novela sugiere que las diferencias entre la ribera sur y la ribera norte del mediterráneo no eran tan grandes como ahora.

¿Qué supondrán los cambios en Túnez o Egipto?, supondrán una profundización de esos países en la democracia, tal y como la entendemos en Europa, o más bien permitirán el ascenso de los islamistas. Esta es la incognita que pretende despejar medio mundo. Aunque quizás para el acercamiento de ambas riberas de este mar interior sea mucho más beneficioso lo que podamos aportar desde aquí.

Quedan pendientes proyectos como la Unión Mediterránea, impulsada a partir de la declaración de Barcelona. Queda pendiente establecer un verdadero intercambio entre los países de ambas riberas, que permita el desarrollo del norte de áfrica y su avance en democracia. Queda pendiente establecer mecanismos de cooperación internacional. Y sobre todo queda pendiente decidir sobre el ingreso de Turquía en la Unión Europa.

Mi opinión personal es que, de entrada, no se puede cerrar las puertas a su ingreso, como pretende Francia. Por tanto, siempre que se cumplan los criterios de convergencia en materia democrática, social y económica, es mejor que Turquía esté dentro de la UE que fuera.

Espero que la demostración de fuerza y valentía de los ciudadanos de estos países contribuya a mejorar su vida y al entendimiento entre los pueblos mediterráneos.

miércoles, 5 de enero de 2011

Buenas soluciones y malas soluciones

Cuando en los partidos políticos existen conflictos por el liderazgo la mejor solución para resolverlos es recurrir a un procedimiento abierto de elección, ya sea a través de un sistema de primarias, o través de un congreso en el que puedan concurrir sin cortapisas distintas candidaturas.

Cuando la elección de un candidato o de un responsable orgánico depende en exclusiva de la jerarquía de partido, se pierde legitimidad y esta persona arrastrará siempre dicha carencia de legitimidad.

Precisamente ese es el principal problema que arrastra Mariano Rajoy, su falta de legitimidad, por eso es constantemente cuestionado por otros líderes del partido o por los ciudadanos en general. Rajoy fue designado por Aznar, según los apuntes que el mismo había confeccionado en su libreta azul.

Este vicio de origen ya no puede ser corregido por el Partido Popular, que ha interiorizado esa forma de designación de candidatos. Por ello, en el momento en que hay conflicto, no existen mecanismos de solución, el partido se resquebraja y los militantes abandonan la afiliación al mismo, como ha ocurrido recientemente en Asturias.

En cambio, el PSOE está profundizando la forma democrática de resolución de conflictos de liderazgo. El Presidente del Gobierno y Secretario General fue elegido en un Congreso Federal al que se presentaron hasta cuatro candidaturas distintas. Y recientemente para la designación de los candidatos a las elecciones municipales y autonómicas se ha optado por el sistema de primaria en aquellos territorios en los que existían varios candidatos posibles.

Los candidatos elegidos tendrán un plus sobre los candidatos del resto de partidos, han surgido de un proceso democrático, lo más amplio posible, y en el que han podido decidir un buen número de personas, y no un grupo reducido que se sienta alrededor de una mesa de camilla.

Los compañeros que representaban la candidatura perdedora en las primarias aceptan el resultado democrático, y no cuestionan la decisión de los electores. Por tanto, son más extraños casos masivos de abandono de afiliación, cuando la derrota se ha producido por la voluntad de la mayoría.

Sobre la base de esta legitimidad que da el resultado de las primarias, los candidatos habrán de construir su campaña y añadir lo que falta para ganar unas elecciones: un programa, un equipo y la solvencia, fiabilidad o confianza del conjunto de la ciudadanía.