miércoles, 16 de septiembre de 2009

De nuevo teatro: Calígula


El domingo volvimos a la oscuridad del teatro, tras un estío demasiado largo. En el Lope de Vega, representaba la compañía valenciana L´om imprebis la obra “Calígula” del escritor frances Albert Camus, que ideó el texto en pleno auge del fascismo en Europa, entre los años 1938 y 1939. En apariencia esta obra pretende ser una denuncia del poder absoluto puesto en manos de un solo hombre y de las consecuencias de sus delirantes actos. Sin embargo va más allá y se adentra en el fondo de la psicología humana.

El emperador de Roma se describe como un hombre sometido al único impulso de su voluntad, sin que el sentido común, la moral o la ética le sirvan de freno a sus actos. En una visión sobre sí mismo que traspasaba la paranoia, pretendía cambiar la naturaleza de las cosas por su propia lógica. Por tanto, el autor viene a plantear el concepto filosófico de superhombre, que tiene su origen en la filosofía de Nietsche, y a desmontarlo como una aberración para la convivencia de las personas.

La corte que rodea al emperador es peor tratada aún que el propio emperador. Estos personajes se retratan como un conjunto de aduladores, que llegan a adorar a Calígula convertido en divinidad, por la propia actitud orante y servil de los que le rodean. El emperador llega a mofarse de ellos, les tiende trampas para que estos consejeros caigan en sus propias contradicciones. Uno de los elementos comunes de la mayoría de los cortesanos es que nunca le dicen que no al emperador, engordando a la bestia, dando más alimento a su egolatría. Cuando los actos del emperador superan lo imprevisible, uno de sus consejeros tiene un momento de lucidez y prepara la rebelión. Mientras tanto, en el escenario, todos empiezan a afilar sus cuchillos, silbando el sonido metálico entre el público.

Otro de los personajes destacados es el liberto negro que está al servicio del emperador, convertido en el perro que guarda a su amo. Su posición es servicial, aunque siendo consciente de las locuras de Calígula, defiende que su interés personal es estar junto a su amo, soportar sus excesos, intentar esquivar los que puedan ir dirigidos contra él mismo, y disfrutar mientras ocupe esa posición, sin juzgar la moralidad de los actos de aquel.

Por último, tanto Escipión, como Cesonia, aún siendo conscientes de las atrocidades cometidas por el Emperador y desaprobándolas, son incapaces de actuar contra él, amparadas en un débil sentimiento de amor, que acaba por convertirse más en piedad o compasión que en otra cosa.
Como habéis comprobado, se trata de una obra para reflexionar. Me llamó la atención que entre el público se encontraba el compañero Alfonso Guerra. Seguro que más interesante aún que la obra, hubiera sido haber intercambiado con él lo que nos había sugerido la obra y las conclusiones a las que habíamos llegado, después de cerrarse el telón.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Acto de presentación de la Fundación Alfonso Perales

Hoy hemos asistido al acto de presentación de la Fundación Alfonso Perales, cuyo objetivo es ser laboratorio de ideas del PSOE de Andalucía y centro de formación. Entre las intervenciones debo destacar la del Presidente de la Junta de Andalucía, Pepe Griñán, que nos hace reflexionar sobre el compromiso político con el futuro, lo que él mismo llama tener puestas las luces largas. Vuelve a insistir en que la mejor inversión que podemos hacer es en Educación, a pesar de que su rentabilidad se va a generar a largo plazo. Seguro que la Fundación, cuya andadura ha comenzado hoy, contribuirá a marcar esos objetivos que no podemos perder de vista en el horizonte, a pesar de que la coyuntura actual de crisis nos empuja a solucionar los problemas inmediatos. Pero teniendo claro que las soluciones coyunturales no pueden impedir el desarrollo de las políticas del futuro. Por ejemplo, no deberíamos incentivar una industria altamente contaminante, a pesar de los puestos de trabajo que pudieran estar en riesgo.

Otra de las intervenciones destacadas ha sido la de Felipe González, que sigue conservando las facultades de un político excepcional, capaz de atraer la atención del auditorio y convencer con su mensaje. Entre otras cuestiones ha planteado que la izquierda europea debe reconocer su perdida de apoyo frente a los partidos conservadores, sin embargo en Estados Unidos y en Japón el cambio frente a la crisis lo representan las políticas progresistas. Para cambiar esa situación los partidos socialdemócratas y socialistas europeos tenemos que mirar a la gente, ponernos en su lugar y dar respuestas a sus demandas. Propone que Europa hable con una sola voz en el contexto internacional, en las reuniones del G-20 o del G-8, propugnado un cambio real del sistema financiero, que hasta ahora había funcionado como un casino sin reglas. Hay una frase que me ha llamado la atención, nada más y nada menos que cita el expresidente a Cervantes: Cuando Sancho Panza iba a tomar posesión de su cargo de gobernador de la ínsula de Barataria, Don Quijote le recomienda para un buen gobierno: “pocas normas y que se cumplan”.

Sin duda, el acto de hoy ha sido un interesante comienzo del curso político en Andalucía, esperemos que con inteligencia y audacia, consigamos hacer realidad el nuevo principio de sostenibilidad, que los socialistas hemos sumado a nuestros tres principios clásicos de libertad, igualdad y solidaridad.