domingo, 7 de diciembre de 2008

Constituciones

En las elecciones generales de 2004 el PSOE lleva en su programa electoral una reforma limitada de la Constitución, sin embargo, el desarrollo de la legislatura impidió que se diera el consenso necesario para esa reforma. La oposición de trincheras llevada a cabo hizo imposible llegar a un amplio acuerdo acerca de los 4 puntos propuestos: eliminar el privilegio del varón en el acceso a la corona, introducir la referencia a la Unión Europea, las denominaciones de las CCAA y la reforma del senado.


Sin duda hay que introducir cambios en nuestra carta magna, sin embargo, puede ser más perjudicial una reforma sin un amplio consenso, al menos igual que el original de 1978, que los eventuales beneficios obtenidos con dichos cambios. En buena lógica, el Presidente del Gobierno ha comunicado a la opinión pública que los cambios no son imprescindibles, y que deben esperar a que exista un acuerdo compartido por las distintas fuerzas políticas.


Sería mucho más beneficiosos para el funcionamiento del Estado que respetáramos las instituciones, sobre todo la institución garante del sistema, el Tribunal Constitucional. Para ello, el PP debe abandonar la idea de conventir el pleno de este Tribunal en el campo de batalla político, y dejar que las sentencias sean fruto del trabajo técnico jurídico de los magistrados y no de presiones políticas.


Sólo existe un riesgo si no somos capaces de abordar reformas parciales de la Constitución, dicho riesgo nos lo revela nuestra historia, y es que haya una ruptura en la que media España se enfrente a la otra media, como ya ocurrió con la Constitución de Cádiz o con la Constitución republicana. Así que debemos seguir poniendo en valor el consenso de la transición y trabajar para que se pueda volver a repetir en el futuro.

1 comentario:

Salvador Talavera dijo...

Abajo la Monarquía, ¡¡¡Viva la República!!!