domingo, 18 de octubre de 2009

La caja de solidaridad II, algunas respuestas

En el anterior apunte lanzaba algunas preguntas y he recibido respuestas muy interesantes, aunque sin duda en el segundo comentario se mojan más que los demás, aportando algunas soluciones. Voy a intentar dar mis respuestas de forma sintética, que pueden ser desarrolladas en próximos apuntes.

Respecto a la primera de las preguntas, resulta legítimo que los empresarios intenten sacar ventajas competitivas de la crisis. Los cambios son necesarios para relanzar la economía española, esto ya no lo puede dudar nadie, pero los cambios no pueden consistir en la reforma de la legislación laboral o de la Seguridad Social. Si se han de acometer reformas en esta materia debe ser con el Acuerdo de los agentes sociales, estando obligado el Gobierno a que se reduzcan las posturas encontradas. Sin embargo, más importante que modificar regulaciones como las indemnizaciones por despido, resulta el cambio de cultura empresarial y laboral. La empresa, si quiere tener un proyecto estable y generador de riqueza y prosperidad, debe asumir que el trabajador no es un factor más de producción, sino que es quien aporta valor a la actividad, por tanto debe sentirse desarrollado y cómodo en la empresa. Esto no es sólo una cuestión de salario, existen elementos mucho más importantes como la conciliación de la vida familiar y laboral.

A su vez el trabajador debe asumir también su propio cambio de cultura. Debe apostar por la formación y por la capacitación, por defender el valor de su trabajo en relación con la empresa. Debe asumir un papel protagonista en la productividad empresarial. Y en relación con el Estado y la aportación que recibe de éste, debe ser consciente que las prestaciones por desempleo o enfermedad son un derecho, vinculado a recobrar su empleabilidad, no una forma de vida o subsistencia. Cuando se produce un abuso de derecho, en última instancia se está llevando a cabo una vulneración del mismo derecho.

Respecto a la segunda pregunta, sobre la capacidad de aguante del Estado frente a la crisis, es cierto que se debe defender frente al fraude, sobre todo del fraude proveniente de los que más recursos tienen y más pretenden ocultar al Tesoro Público. Pero también debe adaptarse el Estado a las circunstancias contemporáneas y modificar algunos de sus sistemas de protección. Pretendo en siguientes apuntes hacer referencias a la defensa del Estado frente a los abusos de las corporaciones, los grupos de intereses y los particulares.

Respecto al Acuerdo Social y las tres últimas preguntas, sin duda ahora resulta más necesario que antes del verano. El tiempo transcurrido no ha servido para favorecer la inversión y frenar la destrucción de empleo. Debemos asumir que estamos ante un proyecto colectivo y que todas las partes deben renunciar a alguno de sus máximos para alcanzar un consenso. Por tanto, si hay que reformar la legislación laborar debe hacerse, pero con el objetivo de garantizar la creación de empleo, la estabilidad en el empleo y la protección social del trabajador, repartiéndose los costes entre el empresario y el Estado. En materia de Seguridad Social también debe estudiarse transformar el sistema de capitalización individual en un sistema de reparto colectivo, para asegurar el mínimo de cobertura a un segmento de población mayor.

Por tanto, abordemos las reformas necesarias, como el aumento de la edad de jubilación en determinados puestos de trabajo, las primas a determinados tipos de contratación, como las de tiempo parcial, la uniformidad del tipo de contrato de trabajo, para evitar desigualdades entre los distintos tipos de contratación. Pero el Acuerdo debe ser más ambicioso, debe proponer a la sociedad española un nuevo contrato social, basado en la creatividad y el emprendimiento, porque a la larga no existe el negocio fácil, todo requiere su esfuerzo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado propuso hoy un 'Plan Especial de Actuación de la Administración Tributaria' que permitiría recaudar más de 100.000 millones de euros en cuatro años (2010-2013), prácticamante diez veces más que la subida de impuestos que ha aprobado el Gobierno, cifrada en 11.000 millones anuales.

Vías para reducir el déficit
Para los inspectores de Hacienda, las dos únicas vías para reducir el déficit del Estado, cercano al 10% del PIB, no pueden ser únicamente la subida de impuestos o la reducción del gasto público, sino que es preciso poner "todo el empeño" para que los que no pagan sus impuestos lo hagan, lo que tendría un impacto recaudatorio "muy superior" a cualquier subida de impuestos.

De hecho, cifran en 70.000 millones de euros anuales la economía sumergida en España, teniendo en cuenta que, según ciertos informes, el fraude fiscal en el país se sitúa entre el 20 y el 25% del PIB y que la presión fiscal media supera el 30% del PIB. De acuerdo con estos datos, y sabiendo que el periodo de prescripción establecido en la Ley General Tributaria es de cuatro años, los inspectores cifran en aproximadamente 280.000 millones de euros las cuotas tributarias que se dejan de ingresar en cuatro ejercicios.

"La magnitud de estas cifras choca con el importe de 11.000 millones de euros como efecto recaudatorio de la subida de impuestos que pretende aprobar el Gobierno, con la particularidad de que el importe de la subida aprobada va a recaer sobre los que ya están pagando", reza el documento del colectivo de inspectores.

Además, indican que como resultado de las actuaciones realizadas en los años 2005 a 2008 con el Plan de Prevención del Fraude Fiscal, la deuda recuperada se ha cuantificado en unos 28.000 millones de euros que, comparada con el fraude existente (280.000 millones en cuatro años), no llega al 10%.

¿Y la economía sumergida?
A la vista de estos datos, la presidenta del colectivo de inspectores, Isabel Martínez, su portavoz, Francisco de la Torre, y el inspector José María Peláez defendieron, en el transcurso del congreso, la necesidad de poner en marcha un plan especial de atuación tributaria que, con un horizonte de cuatro años (2010-2013), suponga un incremento de los medios humanos y materiales en la lucha contra el fraude, así como la aprobación de medidas normativas y organizativas.

Además, proponen que el Instituto de Estudios Fiscales (IEF) lleve a cabo un estudio en 2010 sobre el índice de fraude fiscal en España y, al final del plan, repita el mismo estudio para determinar el resultado del mismo.

Entre las medidas concretas que plantea el plan, además de incrementar en 600 el número de inspectores de Hacienda, en 3.000 el número de técnicos y en 2.000 el número de agentes tributarios y administrativos, apuesta por que se permita a los inspectores de Hacienda comprobar los requisitos de las Sicavs, que deben estar integradas por 100 partícipes para poder disfrutar de la tributación al 1% y que, según los datos del colectivo, la inmensa mayoría no cumple o lo hace de forma ficticia, al contar con inversores sólo de carácter nominal. Ahora esta función recae en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La Sicavs, a debate
"La situación de las Sicav constituye la única excepción en la historia de la democracia española en la que Hacienda no ha podido regularizar la situación fiscal de unos contribuyentes que han incumplido reiteradamente la ley", subrayan los inspectores, que destacan que, mientras se sube los impuestos a los contribuyentes que sí los pagan, resulta "inadmisible" la situación de "ausencia de control fiscal" de las Sicav.

Y ante esto...

http://www.congreso.es/public_oficiales/L9/CONG/DS/PL/PL_106.PDF

Página 18 (proposición no de ley de Er e IU)
Página 45 el resultado de la votación

Anónimo dijo...

http://www.congreso.es/public_oficiales/L9/CONG/DS/PL/PL_106.PDF

el link correcto

Anónimo dijo...

Es el momento de coger la sarten por el mango, el gobierno debe consensuar en la medida de lo posible, pero no perder la iniciativa, si el diálogo social no parece factible, el gobierno debe actuar.

No nos debería preocupar tanto el déficit en poca de crisis si el endeudamiento se produce para revertir la situación y subir los ingresos.

El mercado de trabajo debe reformarse pero no con despido libre o bajando las indemnizaciones por despido, sino buscando modelos de contratación más adecuados y tan dispares. Para favorecer la contratación incentivaría la contratación de los mas afectados por el paro ( parados de larga duración, colectivos más afectados,etc..). El incentivo se concretaría con reducción de impuestos o o de las cotizaciones sociales. Estas deberían también verse reducidas durante un período de uno o dos años, todo en pos de activar la contratación.

En materia fiscal escucharía las reclamaciones de los inspectores de Hacienda por un lado y por otro no subiría el iva, sino atacaría las Sicav ( es tremendo que tributen tan bajo) y subiría algunos tramos de IRPF, sobre todo a las rentas más altas y a partir por lo menos de los 25000 euros. Por otro lado a lo mejor sería necesario recuperar el Impuesto de Patrimonio (aunque se enfaden los empresarios). Mantendría el cheque-bebe pero no de manera lineal, si no por escalas, algo parecido a lo que se ha hecho con la deducción de los 400 euros.

En definitiva, dejar la inacción en la que nos encomtramos para pasar a un plan de medidas claras y equitativas.

Todo esto desde mi humilde opinión.