martes, 27 de diciembre de 2011

SOBRE EL PROCESO EN EL QUE ESTÁ INMERSO EL PSOE


Cuando estamos a punto de terminar el año, quiero publicar mi último apunte en 2011 sobre lo que más me preocupa en del ámbito público, el estado de salud del PSOE, partido en el que milito desde hace ya casi diez años.

Y aunque como ciudadano lo que en el fondo más me preocupa es el paro y la situación económica, estoy convencido de que el mejor instrumento para evitar que esta crisis derive hacia una sociedad menos justa, menos segura, menos libre, es el propio Partido Socialista Obrero Español. Y considero que la buena salud del PSOE resulta vital para garantizar la cohesión social, la igualdad de oportunidades y la convivencia.

Basta con ir a los resultados electorales de las elecciones de mayo y de noviembre para comprobar que el estado de salud del PSOE no es bueno y que este se encuentra muy debilitado, al haber dejado de representar a la mayoría social de este país.

Tal y como tuve oportunidad de comentar en la última Asamblea celebrada en la agrupación de Alcalá de Guadaíra el conjunto de la militancia puede compartir un análisis y un diagnóstico común, sin embargo lo que necesitamos es acertar con el tratamiento.

Un tratamiento equivocado podría acentuar la dolencia, o cuando menos, no servir para recuperar la vitalidad. Por ello, lo que resulta más importante es que estemos de acuerdo en las medidas que deben adoptarse, aunque para ello necesitamos invertir más tiempo en debatirlas, consensuarlas y programarlas.

En definitiva, considero que nos precipitamos al convocar un Congreso Federal el 3 de Febrero. Primero por no tener tiempo suficiente para definir un tratamiento y elegir al equipo que debe supervisar su aplicación. Y en segundo lugar por producirse antes de una cita electoral capital para los socialistas como son las elecciones autonómicas en Andalucía, ya que todo proceso orgánico distorsiona el trabajo que el partido debe de realizar hacia la sociedad.

No obstante, y de mantener la fecha del congreso a inicios de Febrero, los militantes socialistas debemos hacer un ejercicio de responsabilidad y madurez para afrontar a la vez ambos procesos, la campaña electoral y el debate en el seno del partido. Y que ni las próximas elecciones pueden coartar la reflexión interna, ni el proceso congresual alejar más a la dirección socialista de las necesidades de la propia sociedad. Por tanto, habrá que duplicar el trabajo o los esfuerzos, si no se altera el calendario previsto.

Creo que el PSOE padece un grave ensimismamiento que debe corregirse abriendo el partido a más voces y a nuevas voces. Así para recuperar la mayoría social es preciso en primer lugar que en el partido se integren las personas y colectivos más dinámicos de nuestra sociedad, fundamentalmente los jóvenes.

Sin embargo, las formas de relación social han cambiado mucho desde el inicio de la democracia y desde el año 1982, en el que el PSOE obtuvo su mejor resultado electoral. El principal cambio es que la mayoría silenciosa de ciudadanos ha dejado de articularse mediante organizaciones intermedias, como sindicatos o asociaciones vecinales, para buscar nuevos sistemas de relación social a través de las nuevas tecnologías de la comunicación.

Por ello, en la sociedad actual existe un nuevo paradigma de la participación social y de la participación política, que se basa en una participación directa, en una participación sin intermediarios, en una participación sin cortapisas o censores que inhiban al ciudadano de expresar su posicionamiento o su compromiso.

Como primer paso el PSOE debe asumir esa realidad y adaptar sus estructuras internas de funcionamiento a este nuevo paradigma de participación social. De ahí que uno de los mejores avances que se podrían conseguir para que más gente se interesara por el proyecto socialista sería el de abrir la elección de los liderazgos y los equipos a la totalidad de militantes y simpatizantes de forma directa, sin mecanismos interpuestos, ni delegaciones sucesivas de voto.

Por consiguiente, para ampliar la base social del PSOE se requiere articular mecanismos más sencillos y transparentes de participación de militantes y simpatizantes. Se requiere reforzar los mecanismos de control sobre las personas que representan el proyecto socialista en las instituciones, para que estas respondan de su actuación ante el conjunto de militantes y simpatizantes. Se requiere facilitar que cualquier persona por el mero hecho de identificarse y comprometerse con los valores socialistas pueda participar activamente de la vida del partido y tenga posibilidades reales de concurrir en cualquier proceso interno de elección y toma de decisiones.

En definitiva, seamos prácticos, afrontemos los cambios que nos demanda la sociedad, invitemos a más gente a participar con nosotros en un proyecto cuyos valores siguen inalterados a pesar de las vicisitudes de los tiempos. Y luego, una vez comencemos a andar este camino surgirán nuevos liderazgos que podrán conducir el partido hacia el objetivo de recuperar la mayoría social.

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