lunes, 18 de enero de 2010

Bodas de Sangre en el Teatro Central


El Centro Andaluz de Teatro, en colaboración con el Centro Dramático Nacional, llevan a las tablas del Teatro Central de la Isla de la Cartuja la genialidad de Federico García Lorca con sus Bodas de Sangre. Os recomiendo a todos los que aún no la hayaís visto que reserveis vuestras entradas, os va a emocionar.

Los actores transmiten con intensidad los sentimientos y enganchan al espectador, introduciéndolo en la escena, como si fuera un invitado más a esa boda. La dirección ha cargado de simbolismo cada uno de los diálogos y de los coros, el ovillo de hilo rojo como la sangre derramada, una mujer que brilla en la oscuridad haciendo de luna que guia el camino de la muerte y la honra del novio, y el sonido de los cascos del caballo que representa la fuerza indómita de la pasión.

Todos esos símbolos y muchos más ponen en valor el texto de Federico García Lorca, que traslada al campo andaluz una tragedia griega, sin reyes ni heroes, sino con campesinos y mujeres duras apegadas a la tierra. El poeta de fuentevaqueros también bebe de Shakespeare, introduciendo los espíritus en la obra y de los movimientos de vanguardia del siglo XX, dando valor en la obra a elementos inmateriales como la navaja o el cuchillo.

No son necesarios grandes artificios para emocionar, basta con que la palabra llegue limpio al espectador, y con que los actores reproduzcan la hondura de la sensibilidad lorquiana.

2 comentarios:

José Toranzo Domingo dijo...

La Obra te llena, como no podría ser de otro modo. Lorca, sinónimo de la no decección, en este caso incrementado con una buena y sobria puesta en escena contemporánea.
La participación de Cristina Hoyos en la coreografía de los bailes de la Boda, enlazan con el flamenco símbolo de la cultura andaluza. Además "el elenco" todo natural de la tierra sur.
La obra te sumerge en esa Andalucía dura, estricta de la década de los treinta. Donde el hombre con fuertes brazos dominaba y amoldaba la tierra, las rocas, etc, mientras la mujer en su casa bordaba.
Esta historia de amor y desamor, se enciende más si cabe, por el odio que ya se tenían las dos famílias, por haber solucionado a golpe de navaja, más de una vida.
Desenlaces trágicos como no podrían ser de otro modo, y un final dramático, en donde la madre del novio sólo puede consolarse por sufrir más por ninguno de sus hombres.

Anónimo dijo...

Os ha quedado a los dos... sensacional!

Mi enhorabuena a ambos argumentos.