martes, 3 de febrero de 2009

Mucho más que un partido de tenis


El deporte tiene momentos de carácter épico, mediante los que se desvelan la verdadera naturaleza del ser humano. Uno de esos momentos épicos se produjo el pasado domingo en Australia, en la final del abierto de tenis que jugaban Rafael Nadal y Roger Federer. Hasta el año pasado el suizo había sido el dominador absoluto de este deporte, el número uno en el ranking y atesoraba hasta 13 gran slam. Sin embargo, en poco tiempo ha visto como el jugador español lo ha superado en todas las facetas del juego, en todas las superficies, hasta terminar abatido y completamente hundido en la pista de Melbourne, tras perder el último partido. Para Federer, Rafa Nadal se ha convertido en un rival insuperable, así que no tuvo más remedio que expresar su rabia y su propia angustia mediante lágrimas de impotencia. Probablemente ya no vuelva a ganarle a Rafa en una gran final, a menos que supere su propio miedo de enfrentarse contra su bestia negra.

En el deporte el estado físico es una condición necesaria, pero no suficiente para la victoria. Lo determinante es el factor humano, lo que nos diferencia de los animales. Y el factor humano no es otra cosa que la voluntad de ganar, la preparación mental para superar al rival, la capacidad de concentración suficiente para no desfallecer, el espíritu para resistir y sacar fuerzas frente a la adversidad. El deporte nos enseña que la victoria pertenece a los que no se rinden, no a los que acumulan más títulos, por lo que el número uno, el que no estaba acostumbrado a perder, tendrá que afrontar el momento de encontrarse con un rival más capacitado, sin confiar en su herencia, peleando en pie de igualdad.
Esta es la épica del deporte, pero también es la épica de la vida, y podríamos citar más casos, anteriores al del pasado domingo, en los que el deporte nos enseña el material del que están hechos los seres humanos: Spiridon Louis en el maratón de los primeros juegos de la era moderna, Jesse Owens en los Juegos Olímpicos de Berlín frente a los jerarcas nazis, Abebe Bikila corriendo descalzo por las calles de Roma, Nadia Comanecci en Montreal, el gol de Maradona frente a Inglaterra en el mundial de 1986, Marco Pantani en el Mont Ventoux, la selección sudafricana de rugby en el mundial de 1995 con Nelson Mandela como Presidente o Yelena Isinbayeba, primera mujer record mundial de salto con pértiga.

2 comentarios:

Conrado Blanca dijo...

Jesús, es magnifico el articulo, y además que razón tienes; el sábado que viene veremos otro momento de esos, donde se demostrará de que están hechos los Béticos.

JSA-Alcalá de Gra dijo...

El deporte es épica, y a veces la épica es deporte. Lo del sábado, si pasa lo que hasta ahora viene pasando, será fruto también del trabajo bien hecho frente a la improvisación. Aunque primero hay que jugar una semifinal de Copa.
El peligro de hacer siempre lo que diga don Manuel....
José Ángel Vera.