martes, 10 de agosto de 2010

Legitimidad democrática y primarias


Esta semana se ha hecho público que habrá elecciones primarias para la candidatura del PSOE a la Comunidad de Madrid, estoy convencido de que es una buena noticia para el partido. En los estatutos se recoge que habrá elecciones primarias cuando varios compañeros aspiren a ser candidatos a encabezar las listas electorales y alcancen los avales necesarios, sin embargo hasta ahora no ha sido frecuente ya que generalmente se asumían los candidatos propuestos por las respectivas comisiones ejecutivas. De hecho en Andalucía y con vistas a las elecciones municipales del próximo año se han evitado las primarias.

Tras la experiencia de las primarias entre Borrell y Almunia, que no puede conocer por no militar aún en el partido, ahora viviremos unas primarias en una de las Comunidades Autónomas más importantes del país y una de las federaciones más importantes del PSOE. Creo que será positivo para extender la práctica a todos los niveles orgánicos, independientemente del candidato que resulte vencedor. Entiendo que las primarias son necesarias por dos razones fundamentales. En primer lugar porque la legitimación democrática del candidato es mayor, ya que el conjunto de los afiliados deciden mediante voto directo y secreto quien es el mejor representante para el proyecto común de la organización. En razón de dicha legitimidad ampliada el militante se siente parte del proyecto, ya que se ven reconocidas plenamente sus facultades de participación y decisión. Sin duda, la extensión de las primarias ayudaría a ensanchar la base social del partido y el número de afiliados.

En segundo lugar las primarias son necesarias como estrategia electoral, la legítima contienda entre distintos candidatos del partido supone una plataforma de lanzamiento excepcional para la persona que finalmente resulte elegida. Como ejemplo tenemos el modelo norteamericano, probablemente Barack Obama nunca hubiera salido elegido presidente, si no se hubiera dado a conocer en la elecciones primarias frente a candidatos tan potentes del partido demócrata como Hilary Clinton o Edwars. La lícita contienda en primarias refuerza el proyecto del vencedor, le otorga un plus de motivación, ayuda a ser conocido por el conjunto de la ciudadanía. Las bases fueron las que reforzaron a un candidato como Obama.

Los argumentos de los detractores de las primarias se basan en que generan división en la organización, sin duda esta reflexión es fruto de una visión del partido político como estructura de raíz decimonónica. En el siglo XXI los partidos deben ser más permeables a la sociedad y asimilar que las distintas posturas internas no debilitan al proyecto, sino que lo fortalecen. En una sociedad en red, donde el intercambio de información es inmediato, los partidos deben de convivir con la pluralidad interna, para tener las mismas reglas de juego que la gente a la que representa.

Estamos ante un debate interesante, el de la necesidad de primarias, yo pienso que la principal perjudicada de este proceso va a ser Esperanza Aguirre. Sería necesario que extendiéramos lo máximo posible el proceso de primarias no sólo en el PSOE, sino en el conjunto de los partidos, para lo que sería necesario establecer una normas homogéneas en la propia legislación electoral.

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