domingo, 5 de abril de 2009

Una prioridad, la Educación.

Si existe una materia prioritaria para cambiar el modelo económico de España, esa es sin duda la Educación. Aún sabiendo que los frutos de una reforma educativa no se verán en esta legislatura, ni tampoco en la siguiente, ni puede que en la que le siga, la responsabilidad del Gobierno es encabezar un nuevo compromiso de toda la sociedad española con la Educación.

En primer lugar debemos contar con un único sistema educativo, actualmente corremos el riesgo de que el sistema se divida en dos, entre la enseñanza privada-concertada y la enseñanza pública, quedando ésta como residual, como aquella en la que se encuadren los alumnos con mayores problemas de integración. Por tanto, es necesario que todos los centros asuman un papel de responsabilidad social educativa, integrando a los hijos de la inmigración, a aquellos con mayores problemas de aprendizaje y a aquellos provenientes de familias desestructuradas. Con ello, todos los alumnos partirían en igualdad de condiciones en su proceso de aprendizaje, dentro de un sistema educativo único e integrador.

En segundo lugar es necesaria una adaptación curricular al perfil del alumno, atendiendo a sus capacidades, sin que se haga depender la evolución y el progreso académico del alumno en función del centro, o del barrio donde vive, ya que el sistema educativo debe ser único. Así, el profesor, junto con el orientador del centro, debe detectar el talento de cada alumno y hacer posible que lo explote al máximo. Debemos de evitar que las capacidades de un alumno se frustren ante un entorno conformista y en cierta forma pesimista.

En tercer lugar, y para hacer posible que se exploten las capacidades de los alumnos hay que elevar los niveles de exigencia en materia académica y educativa. Desde las etapas más tempranas los alumnos deben ser responsables, deben conocer que el cumplimiento de un objetivo requiere un esfuerzo y un trabajo, por lo que resulta esencial inculcar el valor del trabajo para la consecución de unos fines concretos.

Todo esto, no es posible si no se apoya a los profesionales de la educación, por lo que habría que aumentar el reconocimiento social de maestros y profesores. Actualmente dicho colectivo, al igual que otros empleados públicos, se encuentran desprestigiados por el conjunto de la sociedad y carentes de instrumentos para hacer correctamente su trabajo. Todos debemos reconocer su labor, empezando por las familias, y darle instrumentos para motivar y despertar la inteligencia de sus alumnos, pero para ello, éstos deben ser los primeros en estar motivados.

Aunque se deben incorporar muchos más puntos a este nuevo compromiso educativo en España, y corresponde al conjunto de la sociedad decidirlos, concluyo haciendo referencia al proyecto puesto en marcha por el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, “Alcalá Educa”, cuyo máximo responsable es el filósofo José Antonio Marina que resume el proyecto advirtiendo que Educar es responsabilidad del conjunto de la tribu. Así, ninguno podemos ser indiferentes de la educación de los más jóvenes, ya que nuestro progreso como sociedad depende de la actitud y la aptitud de las generaciones futuras.

1 comentario:

Laura E dijo...

Estoy de acuerdo contigo Jesús, equidad no es dar a cada uno lo mismo, sino en función de sus méritos y capacidades. Y en esto, la educación española hoy por hoy es un desastre. Se incrementa la brecha entre educación pública-privada, se iguala el nivel de los alumnos por la baja, tenemos a un 98% de los alumnos con alta capacidad sin diagnosticar (y aún cuando así lo están, es una odisea para los padres hacer cumplir la ley, lo sé bien porque conozco algunos casos...). Por otro lado, tenemos el nivel más bajo en matemáticas e idiomas extranjeros -en media- de toda Europa. Finalmente, urge también un mayor uso de las nuevas tecnologías en el aula, menos religión y más educación para la ciudadanía :-)